El silencio de las bestias
Una concepción totémica de la imagen, un verso que se alarga con el oído de la salmodia: la poesía de Unai Velasco es un rito. Resonancias bíblicas y míticas, si acaso los términos no equivalieran, para un poemario de indagación en nuestros orígenes: los de la experiencia vital, con el recuerdo de la infancia, y los de la experiencia cultural, con el recuento de lo que nos ha construido. Un poemario de iniciación, al fin y al cabo. Sobre En este lugar, su primer poemario, el jurado del Premio Nacional de Poesía Joven “Miguel Hernández” declaró que se trataba de «un libro innovador, que apuesta por una poesía crítica en la que la ironía no está reñida con apuntes vanguardistas y con sólidos referentes culturales y literarios».
Un seguro oído rítmico y sentido de lo compositivo. Una voz ya configurada. (Pere Gimferrer)